El
abordaje inicial de la hiperprolactinemia debe incluir el descarte de las
causas fisiológicas (embarazo, lactancia, ejercicio, estrés, actividad sexual,
sueño) y farmacológicas antes de continuar con una investigación más profunda.
De la misma manera deben buscarse cuidadosamente estigmas clínicos de otras
enfermedades endocrinas generales que se acompañan de hiperprolactinemia.
Posterior a la historia y el examen físico se hará la determinación de
prolactina. Cuanto mayor sea el aumento del
nivel mayor será la probabilidad de un
prolactinoma subyacente. Un nivel de 50 ng/ml indica un microadenoma secretor
en alrededor del 25% de los pacientes; un nivel de 100 ng/ml se asocia con el
diagnóstico de un macroadenoma en el 50% de los casos, y un nivel de más de 200
ng/ml corresponde a un macroprolactinoma prácticamente la totalidad de los
pacientes sintomáticos. Finalmente, los estudios por imágenes (TAC y RMN), nos
demostrarán el hallazgo tumoral. La transformación
de un microadenoma en macroadenoma es rara y la evolución natural de los
microadenomas es estable y benigna. En casos raros, algunos prolactinomas
aumentan de tamaño en forma progresiva. Parece que la evolución natural de los
microadenomas consiste en la progresión a un tumor más grande en menos del 5%
de los casos. En
cuanto al tratamiento, como la mayoría de los prolactinomas tienen receptores
de dopamina, podemos iniciar tratamiento con medicamentos agonistas de
dopamina, logrando disminuir los niveles séricos de prolactina hasta un rango
normal en el 80% de los casos aproximadamente así como el tamaño tumoral en
forma similar. La efectividad de estos medicamentos es excelente, pero
existe la mayor experiencia acumulada con el uso de bromocriptina y cabergolina,
especialmente con la cabergolina en los últimos años por su cómoda posología.
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jueves, 28 de noviembre de 2013
sábado, 6 de abril de 2013
¿Cuál es nuestra definición de paciente con respuesta ovárica pobre?
Lo ideal, son necesarios dos
ciclos de baja respuesta para catalogar a la paciente, ya que existen factores
ajenos al ovario que pueden causar una baja respuesta.
Criterios ecográficos: número de
folículos antrales basales en ambos ovarios igual o menor de 5. Volumen ovárico
menor de 3 cc. El Doppler lo usamos preferentemente el día de la hCG para
evaluar el endometrio y arterias uterinas, no a principio del ciclo para
estimar baja respuesta.
Criterios de laboratorio: estradiol
(mayor de 75 pg/mL) y FSH (> 12 mUI/mL) elevados el día 2-3 del ciclo.
Establece la sospecha.
Durante la estimulación ovárica
controlada (EOC): nivel sérico E2 final menor de 500 pg/mL y/o menos de 5
folículos el día hCG.
Complementamos con datos del test
de citrato de clomifeno o Navot en caso de mayores 35 años, fumadoras, endometriosis o
con antecedente cirugía ovárica.
Durante la aspiración: recuperar
menos de 4 óvulos.
No incluimos en los criterios la
duración de la EOC o el número de ampollas utilizadas. Es importante destacar
que lo ideal es utilizar varios criterios para tener una mejor aproximación. En
ocasiones hemos tenido pacientes con buen perfil hormonal (FSH y estradiol
normales), y realizan baja respuesta. Es decir, algunos criterios sirven para
predecir la posible respuesta de la paciente mientras otros nos sirven para
cuando la estimulación ya comenzó. El contaje de folículos antrales nos ha
resultado muy valioso. Desde hace 2 años incorporamos mediciones de inhibina B
(reducida día 3), y de la hormona antimulleriana. Particularmente, detecciones
muy bajas de la hormona antimulleriana desaconsejan iniciar ciclos de estimulación
ovárica controlada y considerar de antemano el uso de la ovodonación. La
inhibina B no nos funcionó. En cambio, la AMH ha resultado muy valiosa. Como es
producida directamente por las células granulosas, los niveles de AMH tienen
una relación directa con el número de folículos antrales. Nos parece que el
nivel de corte para la AMH de acuerdo al laboratorio con el cual trabajamos lo
podemos establecer en 1,2 ng/mL.
En resumen, nos basamos en el
perfil hormonal previo de la paciente, con énfasis en la FSH, E2 y AMH, sumado
al contaje de microfolículos basales. Siempre hay que individualizar los casos
a la hora de interpretar los resultados, considerando la edad, cirugías previas
sobre los ovarios, tener un solo ovario,
presencia de endometriosis, hábito tabáquico, factor masculino, etc. Finalmente
se exponen los resultados a la pareja y con frecuencia se decide acudir a la
ovodonacion si existe muy bajas posibilidades teóricas.
sábado, 23 de febrero de 2013
¿Cuáles serían las diferencias básicas en el mecanismo de acción entre los agonistas y de los antagonistas de GnRH?
Los agonistas de la GnRH se introdujeron en la estimulación ovárica para la FIV a fin de suprimir el pico prematuro de LH. El uso de agonistas de GnRH se asoció con tasas aumentadas de embarazo, aunque también con diversas desventajas. Los antagonistas de la GnRH no provocan efectos adversos y tienen un comienzo inmediato de acción y un período más corto de administración. Ambos esquemas reducen las cancelaciones de los ciclos a 1-2%. Los antagonistas reducen la frecuencia del síndrome de hiperestimulación ovárica y la cantidad de ampollas de gonadotropinas.
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